“Usted y yo no fuimos cread@s para la esclavitud financiera, no vinimos al mundo a hacer un curso acelerado de penurias económicas. Dios creó un EDEN de abundancia y felicidad para que vivamos con prosperidad”
La recuperación económica es un factor decisivo en el bienestar personal y se logra en la medida en que cambiemos paradigmas que nos han arrastrado al abismo de la pobreza.
LA POBREZA NO ES DIOS
“Estoy muy pobre, esta situación está muy dura y se va a poner peor, no hay, no alcanza, no tengo, no se puede” son expresiones que nos atan y van contra el plan de Dios.
Libérese del yugo de los pensamientos de frustración, deje a un lado toda idea negativa. En la medida en que fortalecemos nuestro interior, se va consiguiendo la riqueza material, desarrollemos principios éticos y morales y la abundancia llegará. La ley de la compensación reclamará el daño que haga a otros.
“CAMBIE SU MANERA DE PENSAR
PARA QUE CAMBIE SU MANERA DE VIVIR”
SI PIENSA COMO UN FRACASADO, SERÁ FRACASADO.
TRES ENEMIGOS DE LA PROSPERIDAD: