Amando a Dios por medio de la confianza
“Acérquense a Dios
y él se acercará a ustedes” (Santiago 4,8). Si
deseas un vínculo más estrecho y sincero con Dios deberás aprender a
comunicarle tus sentimientos con sinceridad, a confiar en él cuando le pidas
algo y a procurar su amistad más que ninguna otra cosa.
Debo ser sincero con Dios y lo primero es mi sinceridad
con Él. Según las Escrituras, ningún amigo de Dios era perfecto. Es una dicha
que por gracia de Dios, Jesús sea amigo de pecadores (Mt 11,19)
Es posible que necesites confesar una rabia oculta contra Dios en ciertas partes de tu vida
donde sientas que Dios no te trató con justicia o que te decepcionó. Debemos
madurar lo suficiente como para comprender que Dios usa todo para bien de
nuestra vida, la gente acostumbra echarle la culpa a Dios por dolores que otros
han causado.
Es alentador saber que todos los amigos más íntimos de
Dios tuvieron sus momentos de duda, pero en lugar de disimular su desconfianza
con piadosa hipocresía la expresaron con
sinceridad y públicamente. Expresar nuestras dudas debe ser el primer paso para
desarrollar confianza con DIOS.
CONFIANZA EN LA OBEDIENCIA: Siempre que confiemos en la
sabiduría divina y hagamos todo lo que nos manda, aunque no entendamos,
estaremos afianzando la amistad con Dios. De ordinario no pensamos en la obediencia
como característica de la amistad. La ubicamos siempre hacia los padres o los
jefes de trabajo, pero no con un amigo. Jesús nos dice que la obediencia es una
condición para la intimidad con Dios: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que
yo les mando” (Jn 15,14). La obligación o el temor no pueden ser parámetros de
la obediencia. Queremos seguir a Jesús por todo lo que ha hecho por
humanizarnos y fortalecer la fraternidad.
Los no creyentes creen que los cristianos obedecemos
por miedo a un castigo o porque nos sintamos culpables, pero todo lo contrario,
obedecemos por amor, porque nos ha perdonado. Claramente nos dice: “Así como el
Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes…” (Jn 15,9) Esa
relación es el modelo para establecer nuestra amistad con El. Jesús hizo todo
lo que el Padre le pidió que hiciera y lo hizo con amor, la verdadera amistad
no es pasiva sino activa. Cuando Jesús nos pide que amemos a los demás, que
ayudemos a los necesitados, que compartamos nuestros recursos, nos impulsa a la
obediencia y a la confianza. Muchas veces queremos hacer grandes cosas para
Dios, pero a Él le agrada que las hagamos pequeñas pero con amor y confianza,
aunque los demás no las vean, Dios la ve. Los pequeños gestos de generosidad,
de fraternidad y de servicio son más apreciados por Dios que las grandes
alabanzas y ofrendas (1Sam 15,22)
LA CONFIANZA SE DESARROLLA VALORANDO LO QUE DIOS
VALORA: Esto lo hacen los amigos, se interesan por lo que la otra persona
considera importante. Mientras más amigo seas de Dios más le importará lo que a
él le importa y más te afligirá lo que a él le aflija.
Qué es lo que le angustia a Dios? Cuál fue el orden que
él estableció para que el mundo fuera para todos y del que se beneficiaran
todos los seres humanos? Qué es lo que más le importa a Dios? Un mundo fraterno
donde los seres humanos encuentren opciones de vida digna. Quiere hallar a
todos los hijos que se han perdido y ese fue el motivo principal de la venida
de Cristo. Si somos amigos de Dios y confiamos en él, debemos trabajar en lo
que a él le agrada y valora.
LA CONFIANZA EN DIOS ES UNA OPCIÓN, NO UNA CASUALIDAD.
Debes buscarla y vale la pena que dejes algunas cosas que te distraen para
conseguirla, tendrás que desarrollar algunos hábitos y destrezas para lograrla.
Quizá en el momento actual no sientas la pasión que sentías al salir de un
retiro de EMAUS o de cualquier otra actividad que se hubiera desarrollado para
fortalecer tu espiritualidad. Esto le ha pasado a muchos cristianos y siguen su
camino no por amor, sino por obligación y no deberías alarmarte si aparece el
dolor en tu vida. Podríamos decir que el dolor es el altavoz de Dios. Dios nos
despierta del letargo espiritual mediante el dolor. Nuestros problemas no son
un castigo, son despertadores que usa un Dios cariñoso. El no se enoja con
nosotros, él hace lo que sea necesario para que volvamos a tener comunicación
con él. Es necesario reencender el entusiasmo por Dios y comienza pidiéndole a
Dios fortalecer esta confianza en El, puedes repetir la frase que escuchábamos
en el retiro: “JESÚS, YO CONFÍO EN TI, AUN SIN VER, SIN ENTENDER, YO CONFÍO EN
TI”.
Dios les dijo a los cautivos de Babilonia “Si me buscan
de todo corazón me dejaré encontrar” (Jr 29,13-14)
P. Oswaldo Jaramillo Osorio - San Benito
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