viernes, 8 de julio de 2016

Amando a Dios a través de la familia y amigos

Amando a Dios a través de la familia y amigos


Yo soy tu creador, te cuidé, aún antes de que nacieras”
Tu vida no es una casualidad de la naturaleza, tus padres no te planificaron, fue Dios quien lo hizo, Él esperaba tu nacimiento, mucho antes de ser concebido fuiste diseñado en la mente de Dios, no es por casualidad que en este mundo estés respirando, tienes vida porque Dios quiso dártela: “Eres obra de las manos de Dios” Salmo 138,8.
Dios diseñó cada característica de tu cuerpo, tal como él quería, tu color, tu cabello, etc.  Dispuso de todos los talentos que tienes y de la singularidad de tu personalidad: “Me conoces por dentro y por fuera, sabes cómo fui hecho parte por parte”. Como nos hizo con un propósito, Él indicó cuando debíamos nacer y cuándo debíamos morir. “Tu viste cuando mi cuerpo fue tomando forma, tenías planeados mis días” (Sl 136,16), raza y nacionalidad no son accidentes, todo ha sido planeado por Dios: “El diseñó el tiempo y el lugar en que deben vivir” (Hechos 17,26).
Dios escogió tus padres y sabía que tenían el ADN  que Él tenía planeado para ti. Muchos hijos no son planeados por sus padres pero sí son planeados por Dios. Dios nunca hace las cosas por casualidad, tampoco comete errores. El tiene un propósito para cada ser que ha creado y el motivo para que Dios te creara fue su amor. “Mucho antes de la creación del mundo pensó en nosotros para que fuéramos el enfoque de su amor” Ef 1,4)
Dios llenó el mundo de cosas maravillosas para que las disfrutáramos y nos convirtiéramos en “Los mejores frutos de la creación” (Sant 1,18)
Dios que formó la tierra, no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada” (Is 45,18)
En este sentido comprendemos que Dios ha puesto personas en nuestro camino, nuestros padres a quienes debemos todo respeto y honra y las personas que con nosotros viven y disfrutan de este paraíso. Remontándonos a Éxodo 20 encontramos el Decálogo que busca regular las relaciones entre el pueblo y con Dios. Son mandamientos propios de la sabiduría popular. Para el pueblo israelita, acoger esta ley no suponía atar su libertad o perder su autonomía. El Dios que había luchado en Egipto para darles libertad no pretendía volvérselas a quitar.
En el verso 12 del capítulo 20 dice: “Honra a tu padre y a tu madre, así prolongarás tu vida en la tierra que Dios te va a dar” Y en Dt 5,12 lo repetirá: “Honra a tu padre y a tu madre, como te lo mandó el Señor, así prolongarás tu vida y te irá bien en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar” y termina con el capítulo 3 del Eclesiástico versos del 1 al 16 donde explica en qué consiste honrar al padre y a la madre.
QUE FÁCIL ES AMAR A DIOS EN LOS EXTRAÑOS Y QUE DIFÍCIL AMARLO EN FAMILIA….

P. Oswaldo Jaramillo Osorio - San Benito

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