La oración que transforma tu vida. Un estudio de
la oración de Jabes
Los grandes
tesoros están bien escondidos. Y aunque ya había leído este texto en la biblia,
no había explorado su profundidad, porque hay muchas otras oraciones bíblicas
que nos entretienen al momento de degustar la Palabra de Dios.
Se trata de la
oración de Jabes, que se encuentra inserta escondida en un capítulo genealógico
poco entretenido en el libro de 1 Crónicas, y de repente brota un pequeño
testimonio de un hombre que no aparece más en ningún relato bíblico y en tan
solo dos versículos nos da una inmensa enseñanza:
1 Cronicas 4:9 Y
Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo:
Por cuanto lo di a luz en dolor.
4:10 E invocó
Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas
mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que
no me causara dolor! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Aquí hay un
secreto escondido en la Palabra de Dios, que pocos se detienen para descubrir.
No fue rey de su pueblo pero fue trascendental para transformar su propia vida.
Descubrió y usufructuó los deseos de Dios, para vivir como hijo del Rey. Su
nombre era “Dolores”, nacido para sufrir, porque su madre así lo bautizó, le
determinó un futuro poco promisorio, por las costumbres de la época.
Pero este
hombre consciente de su futuro, fue más ilustre que sus hermanos, y quiso hacer
más y más para Dios. Decidió no aceptar lo que su madre le había establecido, y
decidió servir a Dios.
Jabes,
pronuncia una oración que conmovió el corazón de Dios y transformó su propio
destino. Jabes es un gran ejemplo de cómo Dios desea que todos se acerquen a Él
a través de oración constante y apasionada.
Analicemos la
oración de Jabes:
1. "¡Oh, si en verdad me bendijeres".
Jabes dice "Señor bendíceme". Oró
por él mismo. Aparentemente es una oración egoísta, inmadura y codiciosa. Pero
entendí que si quiero ser grande para Dios debo pedir que me bendiga. Primero
debo tener la bendición para poder llevar la bendición a los demás. Es
imposible dar de lo que no tengo. Y Jabes quería servir a Dios, pero para ello
debía primero tener las herramientas del servicio.
Dios tiene
bendiciones para usted que aun no ha reclamado y que siguen esperando para
usted. El Señor tiene muchas bendiciones que está dispuesto a darnos y que
están allí en el cielo, pero tenemos que hacer como los niños, atrevernos
a pedir y a veces pedir cosas grandes. Jabes
quiere tener éxito y agrandar su esfera de influencia para servir a Dios. Lo importante es que quiere que Dios permanezca a su
lado. Dice la Escritura:
Proverbios 16:3 Encomienda a
Jhv todas tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
Salmo 37:5 Encomienda a Jhv tu camino, Y confía en él;
y él hará.
37:4 Deléitate asimismo en Jhv, Y él te concederá las peticiones de tu
corazón.
Santiago 4:2 “No tenéis, porque no
pedís”.
Efesios 1:3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Por poner
nuestra confianza en Cristo, tenemos acceso a TODAS las bendiciones
espirituales de Dios.
2. "Si ensanchares mi territorio". En
otras palabras Jabes no está satisfecho con lo que tiene. JABES VA POR
MAS.... porque sabe que la bendición de Dios es ilimitada. ¿Es correcto
pedir al Señor que aumente nuestra gracia, que aumente nuestra
unción, que nos dé dones, que nos dé un ministerio, y qué podríamos decir de
nuestros bienes, negocios, inversiones, de nuestra descendencia, nuestra
familia, etc.? Sí, ciertamente, sí y amén. Jabes lo sabía, él sabía cómo pedir,
y cómo recibir. Y el Señor le dio todo lo que pidió.
Para todo
cristiano sería bueno orar así para “más oportunidades de formación, evangelizar,
enseñar o servir.” Eliseo pidió la doble porción del espíritu de Elías, su
mentor. Recibió lo que pidió: el doble de milagros.
Pero pida
correctamente, pida que sea con el Poder de Dios, con la fé de Dios, con la voluntad
de Dios, con el deseo de Dios. Atrevernos a mover los límites y tomar
territorios nuevos para Dios es a lo que el Señor nos está llamando, y para
ello nos da “unción de conquista”. Si es para gastar en sus propios placeres no
se lo va a dar, porque sería para su mal, no su bien (Stgo. 4:1-3). Si quiere ser
un buen mayordomo de Dios, no hay límites a lo que puede pedir. Puede con
tranquilidad dar un salto al vacío en manos de Dios, con los ojos bien abiertos
para ver milagros y prodigios.
3. "¡Oh si tu mano estuviera
conmigo!". Para experimentar "la grandeza" del
Señor. De hombres insignificantes, el Señor levantó gigantes que hoy figuran
sus nombres en el Cuadro de Honor de la Palabra de Dios, poniendo como
testimonio sus vidas, predestinados al fracaso como Jabes, Noé, Abraham, José, Enoc,
Moisés, Gedeón, David, Jeremías, Pedro, y una lista de personas que fueron
hombres y mujeres comunes, pero que creyeron en un Dios extraordinario que
opera milagros, y por ello se movieron y transformaron su entorno y su
generación, y al Señor no les pasaron inadvertidos.
La Iglesia
primitiva buscaba continuamente la llenura del Espíritu Santo (Hch. 4: 23-31). Esa
llenura del Espíritu Santo “sobre” nosotros nos hace valientes y audaces sin
ser arrogantes y vanidosos.
La gran
comisión de llevar el evangelio por todo el mundo de Mateo 28:19-20 implica una
gran bendición pero también algo difícilmente posible.
Lo curioso es que Dios eligió a hombres y mujeres débiles y cobardes e
inclusive incrédulos para una misión de vida o muerte, imposible para
el hombre carnal como ser la de predicar el evangelio a toda criatura y
hacer discípulos en todas las naciones poniendo en riesgo sus vidas.
Sin embargo, cuando el Señor impartió su “toque”, cuando los llenó del
Espíritu Santo, fueron “ungidos con poder de lo alto” y los grandes resultados
no se hicieron esperar, milagros y maravillas.
Hermano, el Señor está observando, vigilando, atento sus oídos, esperando
que le pidamos cada día ese “toque de su mano”.
4.- "Oh, si me guardaras del
mal". Jabes no pidió fuerza para pelear la batalla espiritual, si no que pidió
ser guardado, no quería sufrir más “dolor”. Una petición muy necesaria porque
vivimos en un mundo lleno de males porque el Maligno está sembrando la maldad
en todas partes. Muchos de los que llegan a la cima, luego caen estrepitosamente
en el pecado. Es precisamente cuando experimentamos una victoria, cuando surgen
estos inconvenientes y necesitamos que nos guarde del mal. El que no cree que
vivimos en un mundo malo tampoco entenderá por qué Cristo oró “Guárdalos del
Maligno” (Juan 17:15).
Generalmente
oramos por fortaleza espiritual para resistir al mal, al pecado, a las
tentaciones, a los ataques espirituales. Pero la oración que nos enseñó Jesús
dice "no nos metas en tentación, más líbranos del mal" Mateo 6:13. Tenemos
un legado de triunfo (Col. 2:13-15) nunca lo olviden.
5. Bienvenido al cuadro de Honor de Dios. "Y Jabes fue el más ilustre entre sus hermanos". Podríamos
pensar que Dios tiene favoritos pero no es así. Ahora bien, sería yo un
tonto si no pidiera estas mismas cosas todas las mañanas en mi tiempo
devocional y durante el día. Si no las pido, las pierdo. Si las pido, las
recibo. Es la ley de la oración en Mateo 7:7-11. En Juan 16:24 Jesús dijo:
“Hasta ahora nada habéis pedido en mi Nombre; pedid y recibiréis, para que
vuestro gozo sea completo”. No seamos los tontos que no piden. Pidamos estas
cosas con perseverancia. Anhelar galardones de parte de Dios no es arrogancia.
Arrogancia sería tratar carnalmente de aventajar a otro. Pero
luchar por recibir un galardón de Dios no lo es sino que por el contrario es
dejar atrás objetivos mediocres.
Conclusión,
Dios le concedió a Jabes todo cuanto pidió, porque lo pidió para servirle.
Atrévete a ser como Jabes.
JORGE ALBERTO
CORAL