martes, 14 de junio de 2016

Santificación por medio de los sacramentos

Santificación por medio de los sacramentos


Sacramento viene del latín “sacramentum”: “sacrum” pertenencia a los dioses y “mentum” medio o instrumento, queriendo decir que es el medio por el cual algo se hace sagrado. En el mundo católico sacramento se concibe como signo eficaz de gracia instituido por Jesús con el fin de santificar nuestras vidas.

El mismo Jesús se presenta como signo visible del Padre “Quien me ve a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,9) y mediante muchos signos transmitía poder y gracia a los hombres y mujeres.
La Iglesia los ha utilizado en las etapas de la vida del ser humano, clasificándolas en tres grupos:

1.  DE INICIACIÓN CRISTIANA:
A.  En el nacimiento: EL BAUTISMO
B.  En el crecimiento: LA CONFIRMACIÓN
C.  En la alimentación: LA EUCARISTIA
2.  DE SANACIÓN:
A.  Las heridas del pecado: CONFESIÓN.
B.  En la enfermedad: UNCIÓN DE ENFERMOS
3.  DE SERVICIO:
A.  En el hogar: MATRIMONIO
B.  En la comunidad: ORDEN SACERDOTAL

Es la presencia permanente del Señor Jesús en la vida del creyente. Para realizar estos sacramentos se necesitan dos cosas:
1.  LA FORMA: Oración o palabras que pronuncia quien lo administra.
2.  LA MATERIA: Lo que se usa para el sacramento, bien sea el agua, el aceite, el pan.
Y de parte del creyente se requiere:
1.  Tener fe.
2.  Conocer lo que se comunica
3.  Querer recibirlo.

LOS POBRES: NUEVO SACRAMENTO DE JESUCRISTO: Jesús es el Hijo de Dios, Principio y fin de todas las cosas, quien al hacerse hombre asumió la pobreza, tanto que Lucas (2,6-7) dice que no hubo lugar humano para que su nacimiento. Nació en una gruta de pastores y a lo largo de su vida siguió viviendo en la pobreza. Ha sido el pobre más grande del pueblo de Dios. A lo largo de su vida manifestó su preferencia por los pobres y oprimidos, tanto que les otorga el título especial de ser sus representantes, sus delegados, su presencia viva en las calles y en el mundo.

Podremos decir que Jesús estableció dos formas de presencia sacramental: Una forma su presencia real en la Eucaristía, quedándose como alimento para que nutriéndonos con Él tengamos las fuerzas necesarias para vivir en armonía con Dios y con los demás y su otra presencia existencial y simbólica en los pobres, en los marginados, en los abuelos abandonados, en los desplazados, en los que tienen comportamientos sexuales diferentes y que son rechazados por la sociedad, en los enfermos, en los drogadictos y marginados sociales. Y se hace presente en los barrios, en las calles, en los suburbios en los ranchos y casas de cartón o de material desechable.

Jesús manifestó que lo que  hagamos con uno de estos  pequeños, con él lo hacen (Mt 25,45) en el llamado Juicio a las naciones y que no se hará por la observancia de preceptos ni a partir de enseñanzas doctrinales, sino que se fundará en la autenticidad de la nueva vida que el Hijo de Dios ha hecho posible y ha enseñado a vivir en el sermón de la montaña (Mt 5-7). En Mateo 24, 3 l3 preguntan a Jesús Cuál será el signo de su venida y del fin de los tiempos y responde que ya está viniendo en los pobres y en los débiles de la sociedad y que en ellos hay que saber descubrirlo.

Cómo encontramos a Dios en los sacramentos cuando lo que más interesa es la presión social de invitados y fiestas?

Por qué nos es difícil encontrar a JESUS en los pobres y marginados de la sociedad?

Por qué se nos ha pegado la levadura de una sociedad interesada y solo servimos en ambiente donde podamos sacar ganancia?

P. OSWALDO JARAMILLO OSORIO. SAN BENITO. VILLAVICENCIO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario