jueves, 23 de junio de 2016

Amando a Dios: sanación y perdón

Amando a Dios: sanación y perdón

“Imagine la pantalla congestionada de un operador de tráfico aéreo, cantidad de aviones en la pantalla. Piense que sus angustias sin solucionar son como aviones volando días y semanas sin fin. Casi todos los aviones aterrizan pero sus aflicciones siguen ocupando espacio aéreo, que puede ser necesitado en caso de emergencia. Dejar las aflicciones en la pantalla le obliga a trabajar más facilitando accidentes. Los aviones del rencor se convierten en fuente de estrés y terminan en un choque”
¿Qué es el perdón?
  • Es la tranquilidad que se siente cuando se recupera el poder
  • Es responsabilizarse de los sentimientos propios.
  • Es para nuestra sanación, no para quienes nos ofenden.
  • Se aprende a perdonar como se aprende a dominar un balón.
  • Mejora la salud física y mental.
  • Convierte a la víctima en héroe.
¿Qué no es el perdón?
  • No es aceptar la crueldad.
  • No es olvidar que algo doloroso ha sucedido
  • No es excusar el mal comportamiento.
  • No tiene que ser una experiencia religiosa
  • No es negar ni desestimar el dolor.
  • No implica reconciliación con el ofensor.
Hay tres elementos que motivan a la creación de un resentimiento:
  1. Tomar la ofensa de manera personal
  2. Culpar al otro por mis sentimientos.
  3. Crear una historia de rencor.
¿Cómo asimilar el dolor sin crear resentimiento?
  • Todos hemos sido lastimados pero no todos tomamos las cosas por igual.
  • Algunos hablan de sus heridas y otros las dejan ir.
  • Algunos no obtienen algo que creían merecer o les toca estar en sitios que no son de su agrado o no logran lo que desean como un sitio en el parqueadero, malgastaron un dinero, abandono familiar, etc.
¿Cómo sé si tengo un rencor?
  • Si pienso mucho en lo que pasó
  • Si al pensar siento alteración física.
  • Si repito la historia una y mil veces en mi cabeza.
Es necesario entender que siempre habrá en la vida personas rudas hechos fortuitos que motivan a crear un rencor. La vida no es perfecta, pero usted puede aprender a sufrir menos. Hay momentos en que cabe un disgusto, pero no debemos mantenerlo en la cabeza.
Partamos del hecho de que nada de lo que nos ocurre es único. Usted puede ser uno de los más de 200 que han sido atracados. Muchos de los que nos han hecho sufrir no han querido arruinar nuestras vidas.
Sentir molestia cuando ha pasado el tiempo, es señal de que hemos guardado rencor y buscar culpable es peor, pues seguimos atrapados en el pasado. Lo engañoso de la culpa es que al principio nos sentimos mejor porque nuestro dolor es responsabilidad de otra persona, pero la sensación se esfuma, quedamos en las mismas y el rencor sigue.
Nuestra reacción siempre es pagarle con la misma moneda al que nos ha hecho sufrir. La química no permite que se tome el control sereno de la vida. Pelear o salir corriendo no son reacciones pensadas.
Historia de un rencor
Al narrar un viaje, narramos lo más destacado. La manera de construir una historia tiene consecuencias para nuestro bienestar. Al narrar la historia nos mostramos como héroes o como víctimas y se da porque todos tenemos “reglas” que nos dirigen y con ellas queremos dirigir la vida de los demás. Hay muchas reglas que no se pueden hacer cumplir. Puede un guarda de tránsito hacer cumplir todas las reglas?
Cuando en familia se violan nuestras reglas nos cargamos de multas que no podemos cobrar. Eliminar reglas hace la vida más llevadera y vamos dando paso a la auto sanación.
¿Perdonar o no perdonar, cuál es la opción?
Decidirnos por el perdón es liberarnos del pasado y sanar el presente. Las heridas del pasado contaminan el presente. Se logra cuando nos responsabilizamos de nuestro sentimientos, ya no somos víctimas sino héroes. Tres pasos claves:
1.  Saber qué estoy sintiendo.
2.  Tener claro lo que motivó el dolor
3.  Compartir la experiencia con una o dos personas. Una cosa es hablar del problema y otra crear historia de rencor.
Hay dos técnicas que nos ayudan a recobrar la responsabilidad de nuestros sentimientos:
1.  No perder de vista las cosas buenas que nos da Dios: Sintonizar el canal de la belleza, de la gratitud, el canal del perdón, el canal del amor.
2.  Practique la TRPD (Técnica de Recuperación de Presencia Divina) Lo puede hacer durante 45 segundos y nadie se enterará. Hágalo mientras está en una discusión para mantener la calma. Es la técnica más poderosa para controlar sus emociones buscando la presencia de Dios
A.  Concentre su atención en el vientre a medida que inhala y exhala.
B.  Traiga a su recuerdo cosas bellas que ha vivido.
C.  Siga respirando y haciendo que el aire llegue a todo su cuerpo.
D. Concéntrese  en el corazón, respire y de gracias a Dios


P. Oswaldo Jaramillo Osorio san Benito

1 comentario:

  1. que buen articulo padre y que agradable sorpresa encortar este mensaje en internet gracias por su dedicación y servicio sin medida mil bendiciones

    ResponderEliminar