Conociendo a Dios desde nuestras debilidades
“Yo estoy contigo;
eso es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra mejor en los débiles” 2 Cor
12,9
Todos tenemos
debilidades y todos recurrimos a máscaras. Todos tenemos defectos, físicos,
emocionales, intelectuales y espirituales. Lo más importante es que hacemos
cuando aparecen. Solemos negarlas, las defendemos, las excusamos, las
ocultamos. Pero esto impide que Dios nos pueda sanar.
Dios tiene una
mirada diferente sobre nuestras debilidades. En Isaías 55,9 Dios nos dice: “Mis
pensamientos y mis caminos son más altos que los tuyos”, Pensamos que
Dios solo quiere usar nuestras fortalezas pero también quiere usar nuestras
debilidades. 1Cor 1,27 dice “Dios escogió lo débil del mundo para
avergonzar a los poderosos”.
Nuestras debilidades
no son accidentales, Dios las ha permitido para demostrar el bien que puede
hacer en nosotros. A Dios nunca le impresionó la fuerza ni la autosuficiencia,
Dios se goza atendiendo a los que son conscientes de su debilidad y necesitamos
cambio.
La biblia está
llena de narraciones de personas imperfectas y ordinarias que Dios las usa para
hacerlas extraordinarias a pesar de las debilidades. Que Dios use a los
imperfectos es muy alentador para todos nosotros.
Una debilidad es
cualquier limitación que tengas o heredaste y no tengas poder para cambiarla,
puede ser una limitación física o una enfermedad. Puede ser una limitación
emocional, como un trauma, un recuerdo injurioso o una disposición hereditaria
o puede ser una limitación intelectual.
Cuando piensas en
las limitaciones que hay en tu vida, piensas: “Dios nunca podría usarme” Pero a Dios no lo detienen nuestras
limitaciones, El disfruta poner su poder en envases comunes. La Biblia nos
dice: “Tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime
poder viene de Dios y no de nosotros” (2Cor 4,7) Al igual que la
artesanía común somos frágiles, defectuosos y fáciles de quebrar, pero Dios nos
usará si le permitimos trabajar por medio de nuestras debilidades.
Sigamos el modelo
utilizado por Pablo:
1. RECONOCER NUESTRAS DEBILIDADES:
Admite tus errores, deja de pretender que tienes todo
bajo control, sé honesto contigo mismo, en lugar de vivir negando o sacando
excusas, toma tiempo para reconocer tus debilidades y has una lista de ellas.
Si quieres que Dios te cambie, debes reconocer quien es Dios y quien eres tú.
Pedro lo hizo muy bien en Mateo 16,16 cuando reconoce y dice: “ Tu
eres Cristo, el hijo de Dios viviente”
2. ALEGREMONOS CON NUESTRAS
DEBILIDADES: Pablo dice: ”Por eso prefiero sentirme orgulloso de mi
debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mi” 2Cor 12,9. La debilidad nos hace depender más
de Dios, cuando te sientas débil, Dios te estará recordando que dependes de Él.
Muchas veces Dios conecta a nuestra debilidad una fortaleza para mantener
nuestro ego controlado .Nuestras limitaciones nos animan al compañerismo entre
creyentes, es el apoyo que surge en nuestro grupo EMAUS, ayudándonos unos a
otros a salir adelante, cuando tejemos las trenzas débiles de nuestras vidas,
se crea una soga muy fuerte, igual debemos hacerlo en la familia. Estamos muy
lejos de ser misericordiosos y considerados con las debilidades de los demás.
3. COMPARTAMOS NUESTRAS
DEBILIDADES, QUITÉMONOS LAS
MÁSCARAS. Reconozcamos nuestras máscaras, quitémonosla y dejemos actuar a
Dios. En Rm 7,19 Pablo nos dice: “Cuando quiero hacer lo bueno, no lo hago y
cuando trato de no hacer lo malo, lo hago” Cuándo revelas tus fallas,
tus sentimientos, tus frustraciones y tus temores te arriesgas a ser rechazado,
pero los beneficios valen la pena, contarlos te ayuda emocionalmente, desactiva
tus temores y es el primer paso para lograr la libertad. Mientras más sincero
seas más recibirás la gracia de Dios. Si todo lo que la gente ve son tus fortalezas,
piensan, bien por él, pero yo nunca podré lograrlo, pero cuando vean que Dios
te usa a pesar de tus debilidades, eso les consuela y esperan a que Dios los
sane.
Las fortalezas generan competencias, mientras que las
debilidades generan comunión.
4. DEMOS GLORIA A DIOS POR
NUESTRAS DEBILIDADES: Podremos decir como Pablo en 2Cor 12,5: “De mí
no haré alarde, pero de mis debilidades sí.” Cuando satanás quiera usar tus debilidades,
acuérdate de Dios y llena tu corazón de alabanzas a Jesús que entiende cada
debilidad nuestra (Hebreos 4,1) y al Espíritu que nos ayuda en nuestra
debilidad (Rm 8,26).
Estoy limitando el poder de Dios en mi vida tratando
de ocultar mis debilidades con máscaras?
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