Permanecer en la palabra de Dios
El señor Jesús nos
invita a permanecer en su Palabra: “Si
permanecen en mi palabra, serán discípulos míos” Jn 8,31. Permanecer en la palabra implica:
1. ACEPTAR LA AUTORIDAD Los problemas surgen porque fundamentamos nuestras decisiones en factores no confiables.
a) LA CULTURA: Porque todos los hacen.
b) LA TRADICIÓN: Siempre lo hemos hecho así.
c) LA RAZÓN: Nos parecía lógico.
d) EL SENTIMIENTO: Sentíamos que era lo correcto.
Toda palabra de Dios es digna de crédito y es la que nos debe orientar en las decisiones que tomemos.
2. ASIMILARLA DE VERDAD. No basta con leerla, es necesario asimilarla, llenar mi mente de ella y hay cinco maneras de hacerlo.
1. ACEPTAR LA AUTORIDAD Los problemas surgen porque fundamentamos nuestras decisiones en factores no confiables.
a) LA CULTURA: Porque todos los hacen.
b) LA TRADICIÓN: Siempre lo hemos hecho así.
c) LA RAZÓN: Nos parecía lógico.
d) EL SENTIMIENTO: Sentíamos que era lo correcto.
Toda palabra de Dios es digna de crédito y es la que nos debe orientar en las decisiones que tomemos.
2. ASIMILARLA DE VERDAD. No basta con leerla, es necesario asimilarla, llenar mi mente de ella y hay cinco maneras de hacerlo.
a)
RECIBIRLA: Aconsejable recibirla de manera especial, pues no es
cualquier libro, es la luz para nuestra vida.
b)
LEERLA: No basta tenerla trepada en un atril o guardada en un
cajón. Se tiene para ser leída. Durante siglos eran solo los líderes quienes la
leían, ahora se invita a todo el pueblo a leerla.
c)
INVESTIGARLA: No de manera científica, pero sí tratando de
descubrir que indican los textos y con qué textos del Antiguo Testamento o del
Nuevo tienen relación, hacer puentes y buscar correlaciones.
d)
RECORDARLA: No puede ser solo leerla y basta, hay que recordarla,
tomar versos y grabarlos en la mente. Escribirlos en papeles y pegarlos por
varias partes de la casa para memorizarlos. Hacer concurso de memorizar textos
en familia, se crean estímulos para los que participen.
e)
REFLEXIONARLA: Es meditarla. Si sabemos preocuparnos, nos quedará
fácil meditar, pues preocuparse es pensar en negativo y mediar es pensar en
positivo.
3.
APLICAR SUS PRINCIPIOS: Es lo más difícil, pues al
maligno poco le importa que asistamos a EMAUS, a él lo que le interesa es que
pongamos en práctica lo que hablamos acá. Dice Jesús: “El que escucha mi Palabra y la
pone en práctica es como el que construye sobre la roca” (Mt 7,24)
CONSEJO: Toma un cuaderno,
que sea personal y que sea para Estudio Bíblico. Escoge un texto, medítalo y
ponte tareas a realizar, que sean medibles y con plazos fijos a cumplir.
Escribe y graba versículos de la Biblia para memorizarlos, serán fundamentales
armas contra el maligno. “La Biblia no fue dada para adquirir
conocimiento, sino para cambiar nuestras vidas”
P. Oswaldo Jaramillo Osorio
P. Oswaldo Jaramillo Osorio
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